viernes, 30 de diciembre de 2011

Mi identidad


































Todo está perfectamente estudiado en el paisaje,
Incluso puedo acertar a adivinar qué hubo antes,
Nada de ello idílico:
Horcas no preparadas para cuellos,
En sillas no suficientemente altas para intentos.

Qué hubo antes de cambios, demasiado frágiles, esparcidos,
Hasta ser en sí mismos lugares que dicen ser dignos para desvivir…
Sino tuberías que no daban frutas, encuadres anonadados ante moscas,
Infancias esbaradas en la puerta de un parque.

Bueno, ahora toca asomarse y no ver nada,
Desde abajo mis brazos parecerán brazos,
¿Y qué pareceré yo tras una pared, sino una pared?,
Todos parecemos lo que escondemos.

Miro mi reloj y aún no es el mes de Junio,
Pero mi luto y yo decidimos de la mano,
Con uñas limadas hasta la sangre,
Esperar con la terraza,
Mientras, los banqueros en el banco,
Los músicos en la calle,
Y las primaveras en las avenidas,
No tienen nada que hacer,
Sino mirar y pensar, cómo quedaría el suelo,
En caso de no haber máscara,
Porque todos nos escondemos,
Mientras decimos “esperamos”.

Pasarán a engrosar la lista de mi identidad:
El ruido de todos mis libros cayendo,
El escritorio donde tantas veces paré de estudiar,
Las venganzas aunadas con perdones,
Los cojines de cuando acaban los días,
Incluso los vecinos que parecen ajenos,
Pero sobre todo los intentos,
Como cuando es septiembre de llovizna,
Y queremos tormenta y hay un relámpago,
Y nos vemos la cara.

Y vemos el miedo.

Germán Piqueras

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